esto es la una consecuencia directa de el efecto embriagador que produce, en el ser humano, la interaccion con la naturaleza, el subidon de adrenalina que se procuce en el cerebro despues de disfrutar con la olas, en el mar, rodeado por el espectaculo insuperable que nos ofrece nuestra madre, desde dentro, desde sus entrañas, desde su su mismo centro; el mar y las montañas son nuestra placenta, aqui permaneceremos hasta que salgamos despedidos por este utero materno, cuando concluya aqui nuestro ciclo, cuando pasemos de una charca a otra dejaremos estos paisajes y vivencias aqui, cuando nuestra piel baje al fondo del mar abandonada por nuestro espiritu que se habra despedido ya, hasta otro nuevo embrion, hasta otro nuevo mundo donde crecer de nuevo. esto demuestra que la naturaleza saca lo mejor de nosotros mismos, demuestra que sin su energia, aquella que recogemos en el gran borboton de la espuma blanca o en el acantilado verde y frondoso, quedamos mancos y cojos... y con ella, volamos por los aires de nuestros propios limites y somo capaces de pensar y escribir bellas cosas como las que se recogen en este video que viene a continuacion; en definitiva demuestra que somos unos afortunados espectadores en una obra de teatro y que lo mejor empieza cuando subimos al escenario a interpretar nuestro autentico papel.
aloha
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